El agua constituye el porcentaje más alto en cualquier bebida de café preparado, actuando como solvente de los componentes solubles responsables del aroma y el sabor del café. Utilizar un agua inadecuada puede modificar el perfil sensorial de un café, apagando o acentuando su acidez en proporciones no deseadas o proporcionándole sabores u olores que en realidad no pertenecen a la infusión resultante.

La cafeína se encuentra de forma natural en el café y es una de las más de 400 sustancias químicas que lo componen. Los métodos de obtención de café descafeinado han ido evolucionando a lo largo de los años con el objetivo no sólo de extraer la cafeína de los granos de café sino también de conseguir mantener lo más intactas posible el resto de propiedades de la bebida.

En los últimos años, el uso del término microlote ha ido adquiriendo mayor presencia en el comercio del café de especialidad. Calidad, trazabilidad y tamaño son los principales aspectos que se tienen en cuenta a la hora de catalogar estos lotes. Sin embargo, no existe un acuerdo generalizado sobre lo que es un microlote y este término puede adoptar diferentes connotaciones a lo largo de la cadena de suministro.

¿Cómo se determina la calidad de un café? ¿En qué momento de la cadena de producción se lleva a cabo? Para determinar la calidad de un café, contamos con diferentes estándares cuyo cumplimiento establece y diferencia las distintas clasificaciones que nos encontramos habitualmente en el comercio del café. Desde la finca y hasta su tueste, el café de especialidad cumple con estrictos parámetros tanto físicos como sensoriales que garantizan su calidad superior.

Desde que la cereza es recogida por el productor hasta que llega a los países consumidores como café verde listo para tostar, existen multitud de factores que afectan a la cadena de producción. Procesados, transportes, almacenajes o documentación son sólo algunas de estas variables que influyen a la hora de establecer precios FOB, SPOT o precios de venta finales y que pueden resultar muy diferentes en cada café importado.

La cata se ha convertido en una herramienta de trabajo indispensable para los profesionales del sector cafetero y mantener un protocolo de cata estable contribuye a una evaluación más precisa de la calidad del café. A día de hoy, determinar esta calidad es fundamental en todas las fases de la cadena de producción y favorece un comercio más responsable y equitativo.