Siguiendo nuestro recorrido del café desde que se cultiva hasta que se consume, una vez que éste ha sido cosechado y preparado para su exportación, nos encontramos con el importador como siguiente agente responsable en la cadena de suministro.

La figura del importador como enlace internacional entre países productores y países consumidores es fundamental para establecer y mantener relaciones duraderas entre ambos extremos de la cadena.

Sin embargo, el valor del importador va más allá de ser un simple nexo de unión.

1. Red de contactos en países productores

El trabajo del importador comienza en origen. 

Viajar a los países productores, conocer de primera mano el trabajo de caficultores, cooperativas... (sus plantaciones, métodos de cultivo, de procesado, etc. pero también los retos a los que se enfrentan en su día a día) es fundamental para establecer relaciones responsables y duraderas en el tiempo, basadas en la confianza y la ética profesional.

Igualmente, estos viajes y todos los contactos que en ellos se establecen hacen que el importador tenga mayores posibilidades de conocer nuevos proyectos que permitan dar salida al trabajo de más productores y poner al alcance de los tostadores una amplia oferta de cafés de muy diversa índole y procedencia.

2. Control de calidad

El pilar del trabajo diario del importador es el control de calidad del café importado.

El importador recibe muestras de sus proveedores y las evalúa tanto física como sensorialmente, seleccionando para la compra aquellos cafés que se ajustan a los niveles de calidad que tiene establecidos.

Emitida la orden de compra de las muestras seleccionadas y una vez que el café embarcado llega a los almacenes del importador, las muestras volverán a ser evaluadas para confirmar que la calidad del café recibido es acorde a las muestras pre-embarque y no ha sufrido ninguna devaluación durante su transporte.

3. Control documental

La importación del café verde requiere de un considerable control documental que asegure que tanto el producto como todos los agentes que intervienen en las fases previas a la importación cumplen con todos los requisitos necesarios para que ese café pueda ser comercializado en el mercado internacional (certificados de origen, certificados fitosanitarios, etc.) siendo competencia del importador asegurarse de que se cumplen todas las normativas y se dispone de documentos que lo acrediten.

4. Logística y garantía de la trazabilidad

El importador, como encargado de transportar el café verde alrededor del mundo, es responsable de fletes, seguros o aduanas, asumiendo en esta tarea múltiples riesgos como demoras, conflictos en el transporte internacional, etc.

Además, como agente que ostenta la titularidad del café desde que firma su compra, el importador es responsable de que se mantenga en todo momento la trazabilidad de los lotes y de mantener esta garantía al siguiente eslabón de la cadena.

5. Conocimiento y asesoramiento

Gracias a su posición intermedia y su conocimiento de ambas realidades (productor y consumidor) el importador puede ofrecer una amplia visión de la industria a todo profesional que forme parte de ella.

De igual modo, su experiencia en origen se vuelve clave para asesorar a tostadores acerca de los perfiles de sabor, calidades, etc. que están buscando.

En definitiva, los importadores son los encargados de conectar a productores y tostadores asumiendo en esta tarea un doble compromiso: en primer lugar compromiso con los productores, asegurándoles una salida a su producto y contribuyendo a difundir el valor de su esfuerzo diario. En segundo lugar compromiso con los tostadores, ofreciéndoles un amplio abanico de cafés con total garantía de calidad, que cumple toda normativa y está listo para tostar.

El amplio conocimiento del importador acerca de los mercados, cotizaciones en bolsa, mejores opciones de logística, etc. sumado a su conocimiento sobre los países de origen y los cafés que en cada uno se cultivan alimentan el valor de la figura del importador en el viaje del café desde la finca hasta la taza.