El café comenzó a cultivarse por primera vez en Perú a mediados del siglo XVII y, desde entonces, la evolución de este cultivo ha experimentado avances y retrocesos hasta llegar a convertirse a día de hoy en uno de los principales productos de exportación agrícola del país.

Este país sudamericano, que en el año cafetero 21/22 ocupó el 5º lugar en el ranking mundial de producción de arábica según datos del ICO (International Coffee Organization), es, además, uno de los mayores productores y exportadores de café orgánico, contando también con un importante número de fincas con certificación Fairtrade o Rainforest.

Bajo estas certificaciones, el café peruano se ha posicionado como un café comprometido con el cuidado del medio ambiente así como con la garantía de unas buenas condiciones laborales de todos los trabajadores involucrados en la producción de café.

El café en Perú se cultiva principalmente al este de la Cordillera de los Andes, que atraviesa el país de norte a sur, y a lo largo de la cual podemos encontrar diferentes condiciones de clima o altitud, dando lugar a cafés con variados perfiles sensoriales. Los cafetos crecen en un 90% bajo sombra, siendo la variedad Typica la más cultivada. Caturra, Catimor o Bourbon están también presentes en las plantaciones, aunque en menor proporción.

Tradicionalmente, el proceso lavado es el más utilizado, aunque también se pueden encontrar lotes y microlotes especiales de proceso natural.

Al igual que sucede en la mayor parte de los países productores, en Perú encontramos, generalmente, fincas de pequeño tamaño que van de las 0,5 a las 5 hectáreas. En ellas centran su esfuerzo por conseguir cafés de alta calidad más de 230.000 productores en todo el país.

Para la obtención de cafés especiales es esencial una combinación adecuada de clima, suelo y altitud. A esto se suman los buenos cuidados que los productores peruanos proporcionan a sus cafetos. Una cosecha selectiva y el esmero aplicado en el posterior beneficio de la cereza son las últimas etapas de un proceso que dan como resultado perfiles excepcionales provenientes de este país sudamericano.

Las regiones cafeteras de Perú se dividen habitualmente en tres grandes zonas: zona norte, zona central y zona sur.

ZONA NORTE: en esta región encontramos el mayor porcentaje de hectáreas dedicadas al cultivo de café del país. Los principales departamentos en este sentido son Amazonas, Cajamarca, Piura y San Martín. Con fincas entre los 900 y los 2000 msnm aproximadamente, son regiones con grandes diferencias a nivel sensorial, aunque en general destacan por su frangancia, su buen cuerpo y una acidez media/alta.

ZONA CENTRAL: Huánuco, Junín y Pasco son los departamentos con mayor dedicación al cultivo de café en la región central. Cultivados en altitudes inferiores a los de la zona norte, los cafés de la región central son en general cafés de acidez media y con un buen equilibrio en cuerpo, aroma y sabor.

ZONA SUR: la producción de café en  en la zona sur se concentra principalmente en los departamentos de Cuzco, Ayacucho y Puno. Con perfiles muy variados, sus cafés destacan por su dulzor, buen cuerpo y acidez media.

Desde sus inicios, la producción de café en Perú ha estado en manos de pequeños productores que habitualmente recorrían largas distancias para poder vender su café. Esto provocaba que en ocasiones el café cambiase de propietario varias veces, aumentando el riesgo de pérdida de trazabilidad.

La unión de productores en cooperativas y asociaciones en los últimos años ha contribuido en gran medida a mejorar este aspecto, dando lugar a un sistema de comercialización trazable y organizado. Muchas de estas organizaciones exportan sus cafés de forma directa y las de mayor tamaño proporcionan también formación, financiación, etc. que los asociados pueden invertir en mejorar la calidad y el rendimiento de sus cultivos y así obtener mejores precios en el mercado.

Nuestras frecuentes visitas a este país andino nos han permitido crear sólidos vínculos con numerosas cooperativas ubicadas en diferentes departamentos de todo el país. Atendiendo al período de cosecha, cada temporada comenzamos en julio a recibir en nuestros almacenes los primeros lotes cosechados, mientras que a finales de octubre o principios de noviembre desembarcan los microlotes provenientes de las zonas más altas y con perfil sensorial más complejo y completo.

Perú es un país que en los últimos años ha logrado un buen posicionamiento dentro del mercado del café de especialidad. La unión de los pequeños caficultores en cooperativas y los innumerables proyectos para lograr cafés de calidad, a su vez sostenibles y competitivos han sido el motor de mejora de la caficultura de este país, que además es uno de los más importantes en el mercado de cafés certificados a nivel mundial.

Al igual que sucede en otros ámbitos, las nuevas generaciones de caficultores están sirviéndose de las nuevas tecnologías y la formación continua para seguir avanzando y mantenerse firmemente posicionados dentro de los mercados de cafés especiales, lo cual nos deja vislumbrar que seguiremos disfrutando de excelentes perfiles sensoriales provenientes de Perú.